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Mano de Buda (Citrus medica var. sarcodactylis) es un fruto parecido a un limón al que le han crecido secciones parecidas a dedos.
Se llama así al parecer porque se asemeja a unas manos entrelazadas orando.
A pesar de su parentesco con el limón, no hay rastro alguno de semillas. Esta singularidad se explica porque estamos ante un fruto abortado cuya flor no ha sido fecundada, puesto que el pistilo de la planta es estéril.
Es una variedad de cidra cuya temporada se extiende desde septiembre a marzo.
A pesar de su aspecto tan característico es su aroma uno de los principales reclamos de esta fruta: La intensidad y potencia del aroma a limón de su piel no tiene rival con ninguna de las variedades de cítrico que se cultivan en nuestro país.
El limón mano buda es una fruta que se puede comer en multitud de platos. Con esta fruta, de origen asiático, se pueden crear recetas muy sabrosas, gracias, en parte, a que tienen una piel comestible. Esta piel es muy gruesa y tiene un sabor muy dulce (se puede caramelizar) y una fragancia muy intensa, detalles que hace que la piel de los limones mano de buda sea perfecta para ensaladas e, incluso, confituras.
No obstante, el mano de buda cítrico, puede comerse en su totalidad y puede ser la clave de muchísimas recetas.
Se le atribuyen propiedades digestivas, expectorantes y tónicas. Nos proporciona vitamina C; además resulta rica en aceites volátiles y goza de un gran contenido en compuestos aromáticos como la cumarina, la limonina y la diosmina.
A temperatura ambiente aguanta con muy buen aspecto de 2 a 3 días. Luego sus dedos se reblandecen. En nevera se conserva entre dos semanas y un mes.
